- Can Valent
- Can Verdaguer
- Can Figuerola (Museo Palmero)
- Can Cortada
- Can Carreres
- Can Gras
- Can Bruixa
- Can Basté
- Cal Cervera
- Ca l'Arnó (Ludoteca)
- Torre Llobeta (Centre Cívic)
- Torre del Fang
- Masia Massana
- Masia Barça
- Mas Guinardó
- Les Carasses (Escola Ignasi Iglésias)
- La Petita Maria
- Hort de Can Cadena
- Can Vinyals de la Torre
- Can Travi Nou
- Can Senillosa
- Can Ros de Mayol
- Can Raspall
- Can Planas
- Can Planas (Centre Cívic Guinardó)
- Can Mòra
- Can Miralletes
- Can Mariner
- Can Mestres - Camí de Can Clos
- Ca n'Amell Gran - Guineueta
- Can Masdeu
- Masía Can Baró
- Can Tusquets (1793)
- Can Xipreret
- Can Trilla
- Can Carol (Vallcarca)
Masías de Barcelona
Un viaje al pasado rural de la ciudad
Nos parece algo lejano en el tiempo, pero no hace tantas décadas que lo que hoy son las calles que pisamos a diario eran campos de cultivo. Hacer un recorrido por las masías que aun siguen en pie es un recordatorio del pasado rural de muchos de los barrios de nuestra ciudad y una manera de conocer la arquitectura tradicional catalana. Solo basta con comprobar que algunos de los topónimos y nombres de calles vienen de antiguas masías de la zona, por ejemplo: Can Dragó o Tissó en 9Barris, donde aún tengo el recuerdo de ver habitada la Masía de Can Verdaguer, actualmente un Centre Cívic.
Algunas de estas masías existentes a día de hoy han sido restauradas y reacondicionadas para otros usos, convirtiéndose en Centros Cívicos, bibliotecas o museos. Un claro ejemplo lo tenemos en la actual Escola Ignasi Iglesias, una antigua masía de tres plantas, que actualmente está protegido como Bien Cultural de Interés Local. Construida entre 1650 y 1651, en plena Guerra dels Segadors, y durante la Segunda Republica se convirtió en una escuela municipal. Ubicada en el paseo de Torras i Bages, en Sant Andreu, esta antigua masía recibe su nombre de Les Carasses por dos figuras, una riendo y la otra llorando, situadas en la parte superior de la fachada principal.
Otro ejemplos los encontramos en la masía de Can Basté, que ya formaba parte en el siglo XVII de la antigua aldea de Santa Eulàlia de Vilapicina, adquirida por el ayuntamiento y reconvertida en Centre Cívic, o La Torre de Fang, una de las masías que existían en un municipio esencialmente agrícola como Sant Martín de Provençals antes de su anexión a la ciudad de Barcelona, que se encuentra abandonada y en desuso, ya que está afectada por las interminables obras de la alta velocidad en La Sagrera.
En el libro Masias de Barcelona, editado por Angle Editorial y el Ajuntament de Barcelona en el 2009, recogen la historia de las 106 masías existentes en la ciudad, fotografiadas i agrupadas por distritos. Es una interesante lectura si queréis descubrir el pasado y el presente de estas construcciones. Aunque creo que su número ha ido disminuyendo desde la fecha de publicación del citado libro, ya que en mis rutas fotográficas incluyo su visita, y me he encontrado con la desagradable sorpresa que alguna ya no estaba en el emplazamiento que indica en este libro, o otras como La Petita Maria, como podéis comprobar en la foto, solo queda en pie la fachada.
Para hacerse un idea de la magnitud de la desaparición de estos edificios, en el libro Les masies de Sant Andreu de Palomar documentan 159 masías en este antiguo municipio, que forma parte de la ciudad de Barcelona desde 1897. Este libro, publicado en el 2013, constata que solo han pervivido 20 de ellas. Si este dato lo hacemos extensivo al resto de municipios anexionados a Barcelona, podemos imaginar el gran número de Masías que se extendían por todo el Pla de Barcelona antes del derribo de las murallas medievales llevado a cabo a partir de 1854.
Aquí podéis ver una pequeña muestra de estas masías, de este testimonio vivo del pasado rural de nuestra ciudad, que a medida que vaya visitándolas y fotografiando, espero ir ampliando este álbum.