Imaginación para dignificar una calle

A la entrada de la calle d’en Roca vuelan mariposas. En cualquier época del año, llueva o haga sol, vuela la imaginación entre su edificios, en las fachadas o en sus puertas. Mariposas multicolores que dan vida y alegría, y sí, en sus balcones cuelgan la colada que convive con macetas y otros enseres, pero también estrellas y peces de varios colores, junto a diferentes animales que te esperan a cada paso para sorprenderte. Y todo ello gracias a sus vecinos, que han dejado volar la creatividad y el ingenio para dignificar su olvidada calle, y de paso asombrar a los pocos transeúntes despistados que se internan por ella.

Esta angosta calle discurre paralela a la calle Petritxol, entre Portaferrisa y Cardenal Casañas, y a diferencia de sus vecinas, no es comercial, ni concurrida, ni aparece en las guías turísticas, ni cuenta con una historia peculiar que haga interesante ir a conocerla. En el nomenclátor de la web del Ajuntament de Barcelona dice que el origen de su nombre procede del apellido de una familia catalana que cuenta con varios personajes ilustres, entre los que destacan: Pedro de Roca, consejero de la ciudad en el siglo XIII, o mosén Juan de Roca, que asistió en el entierro de la reina Violante en 1431, pero nada más. No por ello tiene que ser repudiada, sino todo lo contrario, bien merece una tranquila visita para observar todos los detalles que la hacen diferente y peculiar gracias a la labor de sus vecinos. En definitiva, una solitaria calle que espera ser visitada.