La flora que convive con la ciudad

Su delicada belleza, sus intensos colores, su fragancia, su frágil vida efímera, sin duda, todos nos pondríamos de acuerdo en afirmar que las flores son una de las cosas más bellas de la naturaleza. Normalmente las flores de los parques, jardines, balcones o huertos urbanos de la ciudad pasan desapercibidas ante nuestra mirada de urbanitas, se han convertido en un elemento decorativo mas del paisaje urbano.

La Ciudad Condal es una urbe densamente poblada, con una superficie de 101 km2 y una densidad habitante por km2 muy alta, alrededor de 16.000 hab./km2. Aun así, tenemos la suerte de contar con el Parc Natural de la Serra de Collserola, un pulmón verde para toda el Área Metropolitana de Barcelona, que cuenta con un sinfín de itinerarios para salir a caminar o pedalear, donde uno se puede olvidar rápidamente que está al lado de una gran metrópoli, y el lugar donde más flora autóctona puede encontrarse.

Si descontamos el Parc Güell, invadido por el turismo, el de Montjuïc, los Tres Turons o el Parque de la Ciutadella, la ciudad cuenta con numerosos parques, zonas verdes y jardines para pasear y jugar, para sentarse a leer o a conversar tranquilamente. Podríamos nombrar, por ejemplo: el Laberinto de Horta, el Parque de Cervantes o el Parc del Castell de l’Oreneta, aunque cada cual tendrá su favorito. De los imprescindibles serian el Jardín Botánico y los Jardines de Mossèn Costa i Llobera, ambos ubicados en la montaña de Montjuïc.

Si queréis conocer en más profundidad la flora presente en nuestra ciudad, el Ajuntament  de Barcelona cuenta con una interesante herramienta: el Atlas de Biodiversidad, que nos ayuda a conocer la flora y la fauna ya que permite navegar por los diferentes barrios para localizar las especies que los habitan. Cuenta con más de 1000 especies catalogadas, y de cada una de ellas se puede consultar su nombre científico y común, una pequeña descripción y en algunos cuenta con una fotografía o ilustración adjunta.