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Palau Moja
La Rambla nuevo eje de la ciudad
Actualmente, el Palau Moja es la sede de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Generalitat de Catalunya, pero tuve ocasión de visitarlo gracias a ser uno de los edificios que abren sus puertas a la ciudadanía dentro del 48H Open House Barcelona.
Este palacio proyectado por el arquitecto Josep Mas para el Marques de Moja y su señora, María Luisa de Copons, se inauguró en 1784, tras diez años de obras, sobre lo que fueron la puerta y las murallas de la Portaferrissa.
Es un edificio que muestra los últimos momentos del estilo barroco junto con unas claras influencias del neoclasicismo francés. Cabe destacar la obra pictórica del Gran Salón y la capilla, decoradas con pinturas de Francesc Pla i Durán, conocido como El Vigatà, y la del vestíbulo, del pintor Pere Pau Montanya. En 1875 se convirtió en residencia de Antoni López i López, primer marqués de Comillas, que llevó a cabo diversas reformas, como la decoración de la escalera de honor.
Después de un periodo de 11 años de abandono, durante el que sufrió un par de incendios, en 1982 es adquirido por la Generalitat de Catalunya. Dos años más tarde, fue rehabilitado y adaptado a su actual uso como edificio administrativo.
En la visita solo podemos ver una parte de este edificio declarado Bien Cultural de Interés Nacional por sus valores tanto históricos como artísticos. Se accede por una amplia puerta situada en la calle Portaferrissa, tras la cual se encuentra el patio interior de planta cuadrada y la escalera de acceso a la planta superior. Tras ascender por la majestuosa escalera, encontramos el vestíbulo, y tras él, una sala que hace funciones de distribuidor. Desde allí, pasamos al Gran Salón, la Capilla y los salones Rosa y Verde, con decoración del siglo XIX.
Aunque no es una visita extensa, vale la pena acercarse a descubrir este palacio para imaginarse cómo vivía la alta burguesía de Barcelona durante los siglos XVIII y XIX, cuando la actual Rambla se empezaba a urbanizar, y la clases pudientes de la ciudad construían allí sus residencias, como el Palau de la Virreina y el Palau Marc, o se levantaban nuevos edificios como el mercado de la Boquería, el Teatro Principal o el Gran Teatro del Liceo, consolidando la Rambla como el nuevo eje urbano de la ciudad.
Gracias a su estratégica ubicación, situado en el corazón turístico de la ciudad, en la esquina de la comercial calle peatonal de Portaferrissa con la Rambla, en sus bajos alberga la Oficina de Turismo del Palau Moja, unas amplias y modernas instalaciones divididas en tres espacios: un restaurante-cafetería, una tienda de recuerdos y un punto de información turística que difunde el patrimonio de Cataluña.