No más ciudades grises

El arte urbano toma prestadas las calles, sus fríos muros, los hace suyos, convirtiéndolos en museos al aire libre, en lugares donde la cultura y el ocio se fusionan con los elementos urbanos, convirtiendo paredes en un punto de encuentro entre artista y el ocasional transeúnte.

Aquí, todos somos espectadores. El lienzo es una pared. Nuestras calles el contexto, ese escenario donde se ve plasmada la expresión libre del ingenio y la creatividad de la pintura mural.

Obras efímeras, infravaloradas, mostrando diferentes subjetividades con una vital forma de expresarse como punto de partida. Su activismo da color a las tristes arterias de ciudades y pueblos, cotidianos espacios por donde se enredan nuestras vidas en un monótono plató, siempre en espera de cruzar la frontera del gris, de lo socialmente aceptado.

Como espectadores solo debemos lamentar que existen numerosas paredes y muros de grandes dimensiones, aburridos kilómetros de cemento, donde se puede dar libertad para que el muralista explote su creatividad. Las instituciones tienen que apoyar y dar a conocer su trabajo como hace con cualquier otro movimiento cultural, convertir la ciudad en un colorido museo que despierte la atención del transeúnte, que nos sorprenda al volver cada esquina. Abrir espacios donde crear libremente, donde mostrar las diferentes propuestas artísticas.

A los amantes de esta expresión artística solo nos queda el placer de descubrir, de inmortalizar esas obras en una simple fotografía. Aquí os dejo una selección de fotografías tomadas por mi en los últimos años de diferentes artistas que dejan su imprenta en las calles de Barcelona.